jueves, 6 de noviembre de 2008

BELÉN DE LAS FLORES

Se encuentra en una parte alta de la ciudad de México. Nunca dice nada, pero hemos dialogado cuando la tarde cae y los árboles se mecen con el viento ligeramente frío.

Sus paredes son muy viejas, descascaradas algunas, incompletas otras, artríticas todas. Las escalinatas de piedra acogen los huesos de aguacate que caen de los árboles y los nísperos. La mano del hombre ha llegado a remozar su gesto vetusto, a intentar arrancarle sus secretos, pero ella no se deja. Siempre está en silencio y no dice nada aunque sienta dolor cuando derrumban sus paredes.

Solo yo la escucho…

Percibo sus lamentos y oigo su historia mientras el río suena y los pájaros nos acompañan con su coro apacible. Me revela los misterios de sus túneles y sus paredes tapiadas con otras paredes falsas, mientras se acumulan con los días, montículos de tierra, cal y piedras, y plantas agrestes, que sin permiso sobre ellos siguen creciendo.

La he visto llorar por cada pedazo de cantera rota por el tiempo. Pero su dolor no tiene límite cuando el mazo derriba sus ladrillos, intentando arreglar lo imposible: porque ya no será ella, porque no serán sus piedras, ni su calidra, ni sus vanos, ni tampoco sus cornisas.

Cuando logra olvidarse de lo que le hacen, es cuando me cuenta de los pasos enamorados de aquella mujer, presurosos para encontrarse con su amante. Me ha enseñado la huella de bala sobre el perímetro de la fuente, que disparó con puntería el marido ofendido. Me ha adiestrado para escuchar el silencio de la capilla que contiene las voces de sus muertos. Y me ha mostrado sus fantasmas y el coro de risas infantiles que guarda en sus cuevas.

Le sostienen con andamios los restos de la fachada de su pequeña iglesia, para evitar que caigan cuando las máquinas retiren el cerro que cayó sobre ella. Y ella me dice que de nada sirve, que las resquebrajaduras no son visibles ni curables Y, que esas piedras que los andamios sostienen, ya no son nada. Luego vuelve a llorar, a llorar y a llorar, y sus lágrimas se confunden con la lluvia, y la lluvia se encharca en las cavidades nuevas y en las viejas…

Y yo, pacientemente, debo esperar a que se sequen los charcos, para que ella vuelva a hablarme y a confiar en mí. A veces debo esperar a otro día y a otro. Pero llega una mañana y otra, y otra más. Entonces se encadenan las semanas y, cualquier día, me toma por sorpresa y vuelve a hablarme, cuando había creído que ya no lo haría más.

Y así me recibe por la mañana con un aguacate maduro que yo recojo de su suelo de piedra, me invita a sentarme en sus escalones viejos cuyas varillas ya están al descubierto, algunas…deja que el sol me entibie, le dice al río que suene y hasta llama a algunos colibríes a libar de algunas flores. Sin remedio sucumbo. La escucho nuevamente. En silencio…

Así supe del coronel, de los esclavos y los romances de las nanas y los capataces. Así supe de la hija que murió muy joven, de los hijos que se odiaban aún siendo hermanos. Del abuelo inclemente látigo y fusil en mano. De la madre y su amante, del anillo de bodas perdido y encontrado. De la cocinera madre de los hermanos que se odiaban y que nunca supieron su origen. Del caballo del amo despeñado junto con su dueño, en un honorable suicidio…

Y luego vuelve a dolerse. Y vuelve a llorar. Y yo quisiera que ya no me hablara pero le gusto, le doy confianza y me cuenta…y es que es tan buena anfitriona: me invita de las aguas de su río, de sus frutos, de sus pájaros y el zumbido de sus abejas y, hasta se burla de mis miedos y me bromea mostrándome sus arañas y pequeñas serpientes, y escucho como se muere de risa con mis gritos de espanto.

Mágica, triste, cómplice, así es mi amiga la Exhacienda Belén de las Flores. Y muy, pero muy parlanchina.

Issa Martínez
(Publicado en Alenarte Revista)

1 comentario:

Liberto Brau dijo...

Liberto Brau, del clan literario de Pau Llanes (Arterapia Sentimental), les anuncia e invita a la inauguración de su blog “Amanece púrpura”. Se trata de una novela en proceso (alentada de algún modo por “El vendedor de cuentos”) que el autor irá publicando capítulo a capítulo, semanalmente, si se cumplen sus expectativas tanto de lectores como de apoyos en sus comentarios. Para ello recomienda leer entre otros textos de introducción el “Acuerdo del autor con sus lectores”. Ojalá la lectura de este primer capítulo de “Amanece púrpura” les agrade lo suficiente como para motivar sus palabras y comentarios, sostener la espera de nuevas entregas mientras tanto y formar parte de su lista de blogs favoritos. Gracias por su atención y curiosidad, por su lectura, por sus palabras… Y disculpen esta entrada así de sopetón en sus casas; no quiero que crean que lo utilizo como un tablón de anuncios… Me tomé la libertad de hacerlo por la confianza y hasta cierto punto complicidad que me da habernos leído algún día (aun anónimos y silenciosos) y por la oportunidad que nos brindó Arterapia Sentimental para encontrarnos alguna vez en nuestra dispar vida de bloggers… Liberto Brau